Terapia Infanto - Juvenil
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La terapia infanto-juvenil está enfocada a una población que se encuentre desde los 3-18 años. A estas edades surgen conflictos que marcan el desarrollo y el correcto funcionamiento personal de los niños y los adolescentes. Tanto es así que puede afectar a distintas áreas del menor, como su vida familiar, social y académica, con el sufrimiento que eso conlleva.
¿Cómo trabajamos en Apsa?
El proceso terapéutico comienza con una entrevista a los padres para que expongan el problema o los problemas que presenta el niño o el adolescente y se les explica cómo se trabajará con su hijo/a. En algunos casos es el adolescente el que demanda la terapia a sus responsables legales. En esos casos la primera entrevista será con el adolescente y, más tarde, se procede a hablar con los padres y a explicarles el tratamiento.
Las primeras sesiones del proceso terapéutico están dirigidas a la evaluación e identificación de problemas en la esfera psicológica del menor, teniendo en cuenta ésta desde una perspectiva holística ya que son muchos los factores que pueden afectar esta área. Así pues, si fuera necesario, se contaría con el apoyo de otros profesionales e, incluso, se podrían hacer intervenciones a nivel familiar. La familia es uno de los sistemas en el que el menor pasa la mayor parte de su tiempo, por lo que es un aspecto muy a tener en cuenta.
Además de venir a terapia, el terapeuta podrá demandar a los niños, adolescentes y/o a sus familias una serie de tareas o ejercicios que complementarán las sesiones. Esto es con el objetivo de optimizar el proceso terapéutico, haciéndolo más efectivo y reforzando los recursos personales del niño y del adolescente.
¿Cuáles son los problemas más comunes que nos encontramos en consulta?
Otras veces, algunos padres vienen preocupados porque uno de sus hijos tiene celos hacia su hermano/a. Es un problema bastante común y, desde APSA, damos apoyo en este ámbito acogiendo todo tipo de dudas y proporcionando pautas y recursos que aborden dicho problema. En cuanto a los niños, se trabaja holísticamente, teniendo en cuenta todos los factores que puedan estar influyendo en el mantenimiento de la problemática.
Muchos padres vienen a consulta porque su hijo/a tiene conductas de desobediencia y rabietas y no saben cómo gestionarlo. En estos casos, se les ayuda dándoles una serie de pautas de modificación de conducta, además de trabajar con el niño en la consulta reforzando aquellos comportamientos que queremos mantener y utilizando distintas técnicas para eliminar o sustituir esas conductas que son más disruptivas y que no favorecen el correcto funcionamiento del sistema familiar.
También damos cabida a aquellos padres que vienen preocupados porque sus hijos se siguen haciendo pis en la cama o no son capaces de controlar de forma adecuada sus esfínteres. Estos problemas de enuresis o encopresis suelen enmascarar algo más profundo que los está provocando. Por ello, en APSA nos encargamos de evaluar e identificar ese problema e intervenimos para que no solo desaparezcan los momentos de sábanas mojadas, sino a un nivel más profundo para mejorar la esfera psicológica del menor.
En otros casos, llegan padres preocupados porque “su hijo tiene ansiedad”, porque “lo ven muy deprimido” o “siempre está enfadado e irritado”. Cada vez son más comunes los problemas de ansiedad y depresión en la infancia. Estos problemas suelen tener algunos detonantes. Desde APSA, nos encargamos de identificarlos y trabajar no solo con el niño como individuo, sino con su sistema familiar, de forma que se trabajen todos aquellos aspectos que puedan mantener la problemática.
“Creo que mi hijo tiene problemas de habilidades sociales y eso le afecta a su autoestima”. Estos dos aspectos son muy comunes en las consultas de psicología infanto-juvenil. En APSA también trabajamos para ayudar al niño a mejorar sus habilidades sociales y reforzamos aquellos puntos fuertes que posee, de manera que su autoestima se ve mejorada.
Por último, es posible que los niños hayan sido expuestos a situaciones traumáticas (accidentes, separaciones, bullying, maltrato, etc.). En estos casos, intentamos abordar todas las áreas de la esfera psicológica del menor que estén siendo afectadas por la situación traumática y se intentan modificar aquellos esquemas que hayan sido alterados por dicho suceso.
Después de la pandemia muchas personas han notado que su ansiedad ha ido en aumento. Una población muy afectada por este tipo de problemas son los adolescentes que, por si fuera poco, no solo han tenido que lidiar con confinamientos, mascarillas y restricciones, sino que también están sufriendo cambios a nivel corporal y mental. Por ello, en APSA nos encargamos de acogerlos, escucharlos y ayudarlos a gestionar todos estos cambios. El trabajo con los adolescentes también se extiende a su sistema familiar, ya que consideramos que es un pilar importante en sus vidas, ya que pasan mucho de su tiempo conviviendo en casa con sus padres y hermanos.
Los problemas de conducta suelen ser un síntoma de algo más profundo que esté afectando a la salud mental del adolescente. Puede derivarse de un problema de apego, de trauma y/o de unos modelos de aprendizaje no adecuados, entre otros motivos. Por ello, en estos casos el trabajo no solo se limita a la terapia con el adolescente, sino que en muchos casos será necesaria la participación por parte del entorno familiar.
En APSA somos especialista en adicciones y entendemos el consumo de drogas como un síntoma de un problema más profundo. Por ello, tenemos en cuenta todas las áreas de funcionamiento del adolescente, de forma que identifiquemos qué es lo que provoca que el problema se esté manteniendo y, a partir de ahí, empezar a intervenir para restaurar la esfera psicológica del menor.
Los problemas de autoestima y de habilidades sociales pueden ser comunes en este período de la vida. Debido a los cambios que se producen en el cuerpo de los adolescentes, puede verse afectada su autoestima. Las redes sociales y la pandemia han agravado estos problemas y pueden haber deteriorado las habilidades sociales de los adolescentes. En APSA trabajamos para aumentar y mejorar esa autoestima y esas habilidades sociales para que el adolescente recupere su total funcionalidad y se sienta feliz que, al fin y al cabo, es el objetivo principal de la terapia.
La depresión, por desgracia, es uno de los trastornos con más prevalencia entre los jóvenes. De hecho, los suicidios han alcanzado unas cifras muy altas y muchas de las personas que lo llevan a cabo son adolescentes. Por ello, entendemos que es un problema grave y que necesita atención psicológica urgente. En APSA, creemos que el tratamiento de la depresión debe incluir todos los factores que estén afectando al bienestar de la persona.
Es común que los adolescentes no sepan a qué se quieren dedicar en un futuro. La adolescencia es un período en el que se tienen que empezar a tomar decisiones acerca del futuro y no siempre es fácil. En nuestro gabinete mostramos apoyo a esta población ofreciendo sesiones de orientación laboral, mientras que también trabajamos con el resto de la esfera psicológica del menor.
En APSA somos conscientes de los muchos casos de bullying que se dan en muchos de los centros educativos. Por ello, ofrecemos terapia psicológica para aquellos adolescentes que estén en esa situación, tratando de mejorar su autoestima, funcionalidad y todas aquellas áreas que estén siendo afectadas por el acoso escolar.